domingo, 13 de mayo de 2012

Campeon en Madrid, vuelve el Gran Roger

Roger Federer se proclamó campeón del Mutua Madrid Open 2012 después de derrotar en tres mangas en la final a Tomas Berdych, un triunfo que permiten al suizo igualar el récord de 20 Masters 1.000 de un Rafael Nadal al que releva en el número 2 de la clasificación ATP. Se trata del título número 74 de su carrera y el cuarto de una temporada donde ya triunfó en Rotterdam, Dubai e Indian Wells.


Fue el jugador que mejor se adaptó a las circunstancias. Ni buenas ni malas, las que había. Pasó de fomentar la polémica en sala de prensa y se dedicó a jugar. Sólo así puede explicarse la victoria de Roger Federer sobre Tomas Berdych en la final de Madrid por un marcador global de 3-6, 7-5 y 7-5 tras dos horas y treinta y siete minutos de juego en un choque disputado en el estadio Manolo Santana. Berdych sabía que sus opciones en la final pasaban por saltar sin complejos a la pista. El cartel de favorito lo tenía su rival y él tenía que fijarse tan sólo en lo bien que lo había hecho durante toda la semana. Esa confianza fue la que le llevó a ser el primero en quebrar el saque de su rival, en el segundo juego del envite, merced a dos restos directos -el último con un revés cruzado a dos manos- marca de la casa. Tomas cerraba el puño al abrir brecha en el marcador (3-0), sabedor de lo caro que vende su servicio. No obstante, el checo es el segundo jugador que más puntos consigue esta temporada con su primer saque sólo por detrás del cañonero Milos Raonic. No cedió ni un sólo metro en pista. Se movió con pies de plomo sobre el resbaladizo tapete y afinó su mirilla con una martilleante derecha que impidió la reacción de Federer. El suizo salvó dos bolas de set (15-40) con su servicio, pero no pudo evitar que el checo abrochara la primera manga a continuación.
Federer hizo saltar las alarmas cuando pidió la asistencia del médico en el intercambio. Fue una breve charla y saltó al tapete para intentar la remontada. No tardó en graduarla, pues aprovechó la primera opción de break a su favor en el partido para firmar la ruptura en el inicio del segundo acto. Federer tomó confianza y mejoró sus números; Berdych comenzó a fallar lo que antes metía y a regalar al suizo puntos gratis. Todo el mundo apuntaba al tercer set con 5-4 y 40-30 (set point) para Federer cuando el suizo estrelló su volea en la red. Berdych aprovechó la coyuntura para meterse de nuevo en el juego, dar la vuelta al mismo y poner el equilibrio de nuevo en el marcador. Incluso Will Smith, uno de los rostros más ilustres del Palco VIP, parecían sorprenderse con el nivel de tenis que poco a poco iba en aumento. Y cuando todo el mundo barruntaba qué pudiera pasar en el tie-break, llegó la puntilla del suizo al resto. Una doble falta del checo, su primera en el partido, acabarían llevando el sino del partido a la tercera manga.
El tenis es de ida y vuelta. Como botón de muestra el juego inicial del tercer set donde Federer tuvo que salvar un 15-40 que pudo haber alterado el desarrollo del partido. El de Basilea solventó el momentol de apuro y llevó el partido al lado psicológico, donde se sabe superior a su rival. Quizá se acordara de algunas de las derrotas del pasado, en los Juegos Olímpicos de 2004 o Wimbledon 2010, derrotas que según confesó en rueda de prensa le hicieron mucho daño. El equilibrio no se rompió hasta el rush final del partido. Dos dobles faltas consecutivas de Berdych regalaron un nuevo break a un Federer en el octavo juego (5-3), que volvió a fallar a la hora de cerrar el partido con su servicio. Y todo el mundo advertía el tie-break definitivo cuando Roger gozó de un 0-40 para cerrar el duelo. Falló las tres primeras. No la cuarta, con la que pudo saborear las mieles de la gloria. Brazos al aire y mirada al cielo. Sufrida y trabajada victoria forjada desde el silencio y el talento.

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