viernes, 27 de abril de 2012

Mourinho rompe el vestuario del Madrid


"Si el club piensa que puedo aportar algo más y los chicos también, voy a continuar", dijo Mourinho poco después de perder la semifinal ante el Bayern. ¿Cuenta el portugués con el apoyo unánime que reclama? Por parte del club, sí. Por parte del vestuario, no.
Sus tácticas extradeportivas han abierto una profunda brecha entre el técnico y una parte importante de sus jugadores, con un fuerte peso específico en el interior de la caseta. Y son estos profesionales los que verían con muy buenos ojos un relevo en el banquillo blanco.
Por parte de la directiva no hay ningún problema para que Mou siga al frente. Florentino Pérez, que está atravesando unos días muy duros por temas empresariales, era ayer uno de los madridistas más tocados por el KO. No entendía el presidente muchas cosas, como que Sergio Ramos lanzara el penalti que lanzó.
Pero su confiaza en Mourinho es total, aunque sólo sea porque es su única y última tabla de salvación. Sólo un descalabro que hiciera perder la Liga al equipo provocaría un cambio de escenario en este aspecto en la cúpula del club.

Un vestuario dividido

El vestuario es otra cosa. Pese a los desmentidos oficiales, es un secreto a voces que es una caseta dividida. Y un sector muy importante, el 'clan español', encabezado por dos vacas sagradas como Iker Casillas y Xabi Alonso, no comulga con las actitudes adoptadas y exigidas por José Mourinho, que ha visto varias veces cómo su exigencia de enhebrar un discurso único contra los colegiados chocaba contra la negativa de dicho sector de la caseta.
Son estos jugadores los que apoyarían el relevo del portugués como técnico madridista. No van a mover un dedo para provocar su marcha, conscientes de que ello les enfrentaría con el propio Florentino Pérez. Pero si el presidente les pidiera su opinión, se encontraría con el OK de este sector al cambio de ocupante del banquillo.

Cristiano no sabe no contesta

¿Y Cristiano? El crack portugués va por libre. No hace tanto declaró que su futuro no iba ligado al de nadie ni, por supuesto, al de Mourinho. Mantiene con su compatriota una relación cordial, que no va más allá. No forma parte del grupo de incondicionales del técnico. Si sigue Mou, bien. Si viene otro, también.
Y mientras, la 'décima' sigue siendo la gran obsesión blanca. El sueño inalcanzable. Hoy, la plantilla volverá al trabajo con la vista puesta en el partido del mediodía del domingo ante el Sevilla. Si gana puede sentenciar la Liga en función de lo que haga el Barça en Vallecas. Un triunfo que no taparía las enormes grietas abiertas por Mourinho en el vestuario.

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